29/3/16

Hukou, milagro chino y Globalización

English translation


Los CEOs y especialistas y managers en recursos humanos (HRM) de las grandes corporaciones transnacionales pronto advirtieron las enormes posibilidades del sistema del Hukou para sus planes globalizadores. El Hukou se convertiría en el pivote de la globalización monopolista convirtiéndose en un filtro obligado y permanente de la proletarización diabólica de cientos de millones campesinos. Los trabajadores rurales migrantes, los Nong Min Gong, no sólo son la columna vertebral del sector manufacturero chino, sino que también constituyen la base fundamental de la cadena de suministro global y por tanto los ritmos de la economía global y la mano de obra migrante interna de China están estrechamente relacionados.

Du Runsheng: "Durante dos décadas desde 1980 no ha habido casi ningún aumento real de los salarios de los trabajadores rurales migrantes (Nong Min Gong) en las zonas costeras a pesar del rápido crecimiento de China como pivote económico fundamental de la economía global"

David Coates (teórico del nuevo capitalismo internauta): "La moderna globalización es un proceso basado menos en la proliferación de computadoras que en la proliferación de proletarios

Kam Wing Chan: "De manera alarmante, la brecha entre la población total que vive en las ciudades y el número de los que poseen registro de residencia urbana ha aumentado a medida que el país avanzaba. Esa brecha representa la expansión de la gran cantidad de personas que están en la ciudad, pero que no son de la ciudad (Nong Min Gong)"

Se estima que hay 274 millones de trabajadores rurales migrantes en China, lo que representa más de un tercio de toda la población trabajadora. Los trabajadores migrantes han sido el motor del espectacular crecimiento económico de China en las últimas tres décadas.

Los trabajadores rurales migrantes - Nong Min Gong- son trabajadores con un Hukou rural (registro de residencia) que están empleados en un lugar de trabajo urbano. Sin embargo, muchos de ellos no han nacido siquiera en zonas rurales. Muchos han crecido o incluso nacido en la ciudad pero según el sistema del Hukou conservan el estigma del Nong Min Gong de sus padres.

El estado chino y el capital multinacional han colaborado en mantener a esta gran masa de proletarios como personas marginadas y sujetas a la discriminación institucionalizada, como si se tratara de extranjeros sin papeles en su propio país.

El capitalismo chino ha creado un sistema de relaciones de producción que es más eficiente y más brutal que la mayoría. La formidable escalada de China como la potencia industrial más competitiva del mundo, se ha logrado en gran medida gracias a una explotación altamente eficiente de la mano de obra que hubiera sido imposible sin el sistema del Hukou.

A diferencia de Japón, Corea del Sur y Taiwán, China dio la bienvenida a la inversión extranjera directa con los brazos abiertos, y el capital comenzó a fluir al país a una escala enorme. La publicitada visita de Deng Xiaoping a las empresas de capital extranjero en las zonas económicas especiales de sureste de China a principios de 1992 se cita de forma convencional como el momento clave que marcó el cambio. Pequeños empresarios chinos de Hong Kong, Taiwán, Singapur y otros lugares encontraron colaboradores en los pueblos y municipios de China, mientras que las empresas multinacionales con sede en estos centros de la diáspora china, así como en Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Europa, encontraron asociados en los niveles más altos. Para el año 2000 casi un tercio de la manufactura china se llevaba a cabo en fábricas afiliadas con empresas extranjeras.

Con la entrada de China en la OMC en 2001, con pocas excepciones, todas las empresas se vieron obligadas a reducir costos en mano de obra y cargas sociales. La reestructuración selló el destino de cientos de millones de agricultores reconvertidos en proletarios de la globalización. El sistema del Hukou se perfeccionaría para mantener a cientos de millones de trabajadores en la más absoluta marginación. El combustible de la revolución industrial China y de la Globalización neoliberal tiene nombre y apellidos: Nong Min Gong.


Sin embargo, a pesar de que el número total de Nong Min Gong ha aumentado de forma constante durante las últimas décadas, la tasa de crecimiento ha disminuido notablemente en los últimos cinco años (del 5.5% en 2010 a apenas un 1,9 % en 2014) como consecuencia de su marginación y de la creciente pobreza rural. Los Nong Min Gong no tienen capacidad de auto-reproducirse.

Y al parecer, de la misma manera que hubo una relación directa entre las altas tasas de crecimiento económico y las primeras hornadas de Nong Min Gong, parece existir también una relación directa entre la pérdida de competitividad (y la desaceleración económica) china y el agotamiento del ssuministro de Nong Min Gong.


Según un índice ponderado que recoge el crecimiento de 7 sectores clave (synthetic index), el PIB chino, no solamente no crece al ritmo que anuncian machaconamente las instituciones estatales chinas sino que en 2015 ha sido negativo. Es decir, que el gigante chino ha entrado en recesión.


El Hukou


El capital internacional y el estado chino han colaborado estrechamente para transformar a cientos de millones de campesinos chinos en proletariado flexible, sumiso, redundante y barato, a una velocidad y en una escala sin precedentes en la historia del mundo. El clamoroso éxito del 'made in China” de las últimas dos décadas es la historia de los trabajadores rurales migrantes explotados por un salario inferior al de subsistencia para producir al menor precio las exportaciones chinas al mundo.

Del Hukou maoísta al Hukou capitalista


El sistema del Hukou actual fue una adaptación capitalista del Hukou de la época maoísta. Se trata de una especie de libro de familia o carta de residencia. El sistema intentaba fijar la población rural en el campo evitando la sobrepoblación de las ciudades. Cualquier habitante de una ciudad sin Hukou urbano era reconducido inmediatamente por las autoridades a su aldea de residencia.

A grandes rasgos, la historia del sistema Hukou puede conceptualizarse en tres etapas.

1. Los registros de residencia habían sido utilizados por las autoridades chinas durante miles de años para gestionar los impuestos y controlar la emigración. Los orígenes del sistema Hukou se encuentran en el sistema de registro de la población (baojia) que se inició en el siglo XI. Sus objetivos principales eran el cumplimiento de la legislación y el control civil. Cada bao comprendía diez jias, mientras que cada jia agrupaba a diez hogares. Los jefes bao y Jia eran responsables del orden local, los impuestos, la seguridad y las obras civiles. En tiempos más modernos, el registro de población también fue utilizado por el Kuomintang y por los japoneses en las áreas ocupadas.

2. El Hukou fue introducido formalmente por el gobierno comunista en 1958 como respuesta a la escasez de cereales, cuya causa se atribuía a la migración rural-urbana. El sistema fue diseñado para facilitar tres programas principales : asistencia social del gobierno y de distribución de recursos, control de la migración interna, y vigilancia criminal. Cada pueblo y ciudad emitió su propio pasaporte interno o Hukou, que daba a los residentes acceso a los servicios de bienestar social en esa jurisdicción. El Hukou era hereditario por lo que los niños cuyos padres tenían un Hukou rural tenían también un Hukou rural sin que importara donde hubieran nacido.

Entre los años 1950 y 1970 el Partido Comunista utilizó el registro de Hukou para implementar el colectivismo agrícola en las zonas rurales de China, mientras se estaba industrializando rápidamente la China urbana. Los agricultores debían vender sus cereales y otros cultivos a precios bajos al Estado, el cual lo racionaba a los trabajadores urbanos. La migración campesina a las ciudades estaba estrechamente controlada por el sistema Hukou. A pesar de todo se produjo un considerable aumento de la población urbana. El Partido Comunista respondió iniciando varias campañas de reubicación de trabajadores urbanos que fueron enviados a desarrollar zonas rurales poco pobladas.


3. La transformación del Hukou maoísta al Hukou capitalista se inició en 1985 cuando se estableció un nuevo sistema de permisos de residencia temporal introducidos por el Ministerio de Seguridad Pública. Esto permitió a los titulares de Hukou rural a emigrar a las zonas urbanas, sin tener que formalizar un contrato previo de trabajo lo cual era obligatorio en el sistema anterior. Y así comenzó lo que se describe a menudo como una de las mayores migraciones humanas de todos los tiempos, ya que millones de hombres y mujeres jóvenes del campo llenaron las fábricas y los sitios de obras en construcción de las ciudades costeras de China. En muchas ciudades, tales como Shenzhen y Dongguan, la población de trabajadores migrantes rápidamente superó a la de la población urbana local.

El Hukou ha experimentado una serie de reformas o mejoras para adecuarlo a las precisas necesidades de la industria. Se ha ido convirtiendo en un afinado sistema institucional de discriminación y control. Las reformas lo que han hecho ha sido básicamente descentralizar los poderes del hukou a los gobiernos locales para perfeccionar y adaptar mejor el sistema a los intereses del capital inversor transnacional. El sistema hukou perfeccionado ha constituido la pieza clave de los enormes beneficios de Appel, Cisco, IBM, HP, Samsung, Adidas, Toyota, Microsoft y compañía.

En Shenzhen, el sistema de Hukou está especialmente diseñado para mantener un control absoluto de la mano de obra. Cuando los Nong Min Gong son contratados por las empresas deben ser registrados por la Oficina de Trabajo Local como trabajadores temporales, después del pago de una comisión a la ciudad. Las empresas deben obtener de la Oficina de Seguridad Pública un certificado de registro de residencia temporal, y comunicar a la Oficina de Policía Local el registro de un hukou temporal. La residencia temporal es sólo para un año y debe renovarse anualmente.

En muchas ciudades, por ejemplo, los migrantes ricos o instruidos pueden convertir fácilmente su Hukou de residencia. Desde mediados de los 1990, algunas administraciones municipales tenían la capacidad de vender Hukou locales a los inversores. En algunas ciudades era posible obtener un Hukou local comprando una propiedad a partir de un determinado valor. Como todo en China, esta práctica discriminatoria ha sido bautizada como “intercambio de talento e inversión por un Hukou” y se ha acabado generalizando a toda China.

Algunas ciudades emiten Hukou "con timbre azul” (para distinguirlo del Hukou oficial con timbre rojo), una especie de Hukou urbano transitorio que requiere ciertas cualificaciones especiales (condiciones de entrada) en orden a permitir la migración de grupos precisos de personas, una especie de quasi-Hukou urbano que da derecho una especie ciudadanía parcial.

En Beijing, funciona un sistema Hukou "muy competitivo", que incluye nada menos que dieciocho categorías distintas de transferencia de Hukou basadas en lo que el solicitante puede ofrecer a la ciudad (trabajadores en el campo de la ciencia y la tecnología, estudiantes que regresan después de haber estudiado en el extranjero, financieros, expertos, etc.)

En Shanghai, hay cuatro tipos de tarjetas de residencia que se dirigen a diferentes grupos de migrantes y que otorgan diferentes privilegios. El "permiso de residencia talento" está diseñado para atraer a profesionales altamente calificados y educados. Hay un segundo tipo de tarjeta para los extranjeros o "chinos de ultramar" trabajando en Shanghai, mientras que el tercero es para los migrantes que tengan un trabajo fijo o que ejecute un negocio local y tengan una dirección actualizada. Para los inmigrantes que no cumplen con los criterios anteriores se les proporciona una "tarjeta de residencia temporal" (Linshi juzhu Zheng) renovable emitida de tiempo en tiempo, que suele conceder la residencia legal por un período de seis meses y da acceso a mínimos servicios sociales.

Nong Min Gong


Nong Min Gong (trabajador migrante rural con sentido peyorativo) tiene un significado específico en China; se refiere a trabajadores urbanos con Hukou rural. A pesar de que estos trabajadores están trabajando en empleos urbanos, legalmente no son considerados trabajadores urbanos. La categoría Nong Min Gong no es provisional sino permanente y discriminatoria. Como “rurales” no tienen derecho alguno a los servicios sociales “urbanos” (educación de sus hijos, planes de pensiones, subsidios de desempleo, viviendas públicas, sanidad pública, seguro de enfermedad o invalidez, etc.) y a ninguno de los derechos que están disponibles para otros residentes urbanos. En términos legales, los Nong Min Gong son tratados como parte (o como una extensión) de la población con Hukou rural, a pesar de que trabajan y viven en las zonas urbanas durante la mayor parte del año, a menudo durante muchos años. Tienen que soportar todo tipo de discriminaciones, incluida la discriminación en el empleo, la discriminación salarial, la discriminación en servicios sociales, la discriminación en la educación, etc.

 


Tal aislamiento social se presta a la discriminación, se les culpa de invasores y se les atribuyen una la larga lista de problemas como responsables de los atascos de tráfico, de la alta densidad de población y la delincuencia en general. El estereotipo de los Nong Min Gong es que son “incultos, ignorantes, sucios, y con propensión a la delincuencia.

El peso de los Nong Min Gong en la economía china es enorme. Representan el 79,8% del total de trabajadores empleados en la construcción urbana, el 68,2% del total de puestos de trabajo en la fabricación de electrónica, el 58% de la restauración.

Los Nong Min Gong constituyen la quintaesencia de la precariedad laboral


 

Siendo chinos, la ley les considera sin embargo inmigrantes en su propio país. Pero a diferencia de los inmigrantes en Europa o en EEUU, se les trata sin ningún tipo de contemplaciones puesto que se les supone una categoría de “turistas” de paso en la ciudad donde trabajan. Es decir, son trabajadores sin papeles entro de su propio país. No tienen derecho a vivienda puesto que se supone que ya tienen una en su aldea. Viven siempre en la provisionalidad amontonados en dormitorios en las mismas fábricas o edificios donde trabajan o en edificios de alquiler. No pueden escolarizar a sus hijos puesto que se supone que ya tienen plazas escolares en sus aldeas de origen, etc. De hecho, el Hukou divide a la sociedad china en dos clases. Pocos residentes urbanos socializan con los Nong Min Gong (el término es peyorativo) y los matrimonios mixtos se consideran poco prudentes.

Los Nong Min Gong constituyen la quintaesencia de la flexibilidad laboral


No tienen derecho alguno a seguro por accidentes, subsidios de desempleo, a finiquitos, seguro por enfermedad, sanidad pública, etc. Sus ínfimos salarios están siempre por debajo del nivel de subsistencia puesto que se supone que su subsistencia y reproducción tiene lugar en sus aldeas de origen.


Cuando estalló la crisis de 2008, los centros de exportación experimentaron una caída en picado. Esto fue acompañado de despidos masivos, atrasos o impagos generalizados de salarios y cierres de fábricas. A finales de 2008, más de 62.000 fábricas en la provincia de Guandong habían cerrado sus puertas y 26 millones de Nong Min Gong fueron despedidos y convidados, por las autoridades urbanas, a retornar a sus aldeas de origen.

Los Nong Min Gong constituyen la quintaesencia de la sumisión laboral


Como “sin papeles” deben evitar cualquier conflicto con sus jefes para eludir ser deportados de nuevo a sus aldeas de origen. El discurso público a menudo se refiere a los trabajadores migrantes como personas que se desvían de la "norma" y por lo tanto necesitan ser corregidos y educados.

Control político–social y leyes de Custodia y Repatriación


El sistema de Hukou es además un sofisticado instrumento de control social y político puesto que permite el seguimiento de las personas que son políticamente dudosas para los estándares del partido. La tecnología ha hecho que sea más fácil de aplicar el sistema de Hukou puesto que ahora la policía tiene una base de datos nacional de registros oficiales Hukou. Esto ha sido posible gracias a la informatización de la década de 1990, así como una mayor cooperación entre las diferentes autoridades policiales regionales.


En Shanghai y Shenzhen se adoptó en 2006 una nueva tarjeta de residencia temporal como identificación obligatoria para cualquier migrante que permaneciera en la provincia de Guangdong durante más de un mes. La tarjeta, que es del tamaño de una tarjeta de crédito, contiene un chip que almacena información personal del sujeto, incluyendo la situación laboral, historial de crédito, antecedentes penales e incluso la carpeta de planificación familiar. El sistema se ha extendido a la mayoría de ciudades chinas.


En 2002, más de 30 000 comisarías de policía el país, casi todos habían informatizado la gestión del Hukou, y los registros de Hukou de 650 millones de personas podrían ser consultados a través de una única red informática nacional.

Sobre la base de los archivos del hukou, la policía mantiene una lista confidencial de las personas sospechosas (Zhongdian renkou 重点 人口) en cada comunidad (por lo general cerca del cinco por ciento de la población total de la comunidad) que son especialmente vigilados y controlados.

Son corrientes los controles aleatorios y humillantes de los documentos de identidad en la calle, especialmente cerca de estaciones de ferrocarril, sin previo aviso después de la medianoche en unidades residenciales de los migrantes, y la detención y la repatriación forzada de personas sin permisos. Con el tiempo aunque dichas redadas se siguen haciendo de manera regular, se han hecho de forma más discreta en las grandes ciudades como Beijing, Guangzhou, Shanghai, Wuhan, y en las ciudades más pequeñas del delta del río de las perlas.

Los sin papeles que son capturados pueden ser "multados, sufrir un período de detención, ser objeto de una repatriación forzosa, de persecución penal e incluso de penas de encarcelamiento.


Existe un conjunto de leyes relativas a la “Custodia y Repatriación” que establece centros de detención en las distintas ciudades para la custodia y repatriación de los Nong Min Gong sin papeles. El procedimiento administrativo de Custodia y Repatriación fue establecido en 1982. Según este procedimiento la policía podía detener a cualquier ciudadano chino sin permiso de residencia (Hukou) o permiso temporal de vivienda (Zanzhu Zheng) en un Centro de Custodia y Repatriación, y devolverlos forzadamente a su lugar de origen. Las condiciones en los Centros de Custodia y Repatriación eran a menudo peores que las prisiones o campos de reeducación (incluyendo golpizas y detenciones prolongadas sin juicio). A veces la policía utilizaba el sistema para secuestrar a los Nong Min Gong y extorsionar a sus familias arguyendo supuestos gastos de mantenimiento y repatriación.

El sistema fue abolido en 2003 después de la muerte de Sun Zhigang, un trabajador migrante, que murió a causa de los maltratos durante su detención en el centro de Custodia y Repatriación de Guangzhou. Sun Zhigang, la víctima de 27 años, resultó ser un graduado universitario de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Wuhan y su caso desató una enorme campaña viral en las redes sociales (que sería la última), de ahí el gesto de las autoridades chinas.


Ausencia de contratos o contratos precarios


En treinta años de crecimiento medio del PIB del 10% anual, todo el crecimiento del empleo ha sido fuera del sector formal, lo que significa que un porcentaje cada vez mayor de trabajadores chinos no están cubiertos por la legislación laboral del país, y sus salarios, beneficios y condiciones de trabajo no son capturados por las estadísticas laborales oficiales chinos. (Misleading Chinese Legal and Statistical Categories: Labor, Individual Entities, and Private Enterprises)


En cuanto a la contratación los empleadores a menudo alquilan a los Nong Min Gong directamente a agencias privadas de colocación de forma que los emigrantes rurales trabajan sin contrato la mayoría de las veces o con contratos temporales. En muy raras ocasiones obtienen contratos de trabajo a largo plazo.

Según las recomendaciones de las escuelas de recursos humanos (HRM) los Nong Min Gong deben ser relegados a las tres 'D' (difficult, dirty and dangerous), es decir puestos de trabajo difícil, sucio y peligroso. Las mismas empresas estatales (SOEs) reclutan a menudo (bajo subcontratas) a numerosos Nong Min Gong para trabajos duros, sucios y peligrosos.

Los Nong Min Gong que alquilan las agencias de empleo temporal suelen ser pagados en base al nivel de salario mínimo de su aldea natal y no en base al de la ciudad donde trabajan. Algunas empresas intentan justificar esto diciendo que los trabajadores rurales no necesitan ser pagado tanto porque tienen otra fuente de ingresos de la tierra en su Hukou natal, y tienen menos gastos puesto que sus familias se encuentran en zonas rurales.

Una buena parte de los migrantes son migrantes ilegales « sin papeles » es decir sin Hukou ni tarjeta de residencia temporal. En razón del carácter de « sin papeles » no existe una estimación oficial del número de este tipo de migrantes, aunque se estima para diversas ciudades que su número estaría entre el 20 y el 60 % de la población, es decir, más de 100 millones de personas.
En el Estudio económico de China 2010 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se apunta que los inmigrantes ilegales constituyen "probablemente" más del 40% del total de la mano de obra en los centros urbanos. Estos son los peor pagados de todos. Son los verdaderos parias de la globalización.

Empobrecer al campo para estimular la emigración


En muchos pueblos, solamente las personas mayores y los niños permanecen porque las generaciones en edad de trabajar están en busca de empleo, proporcionando gran parte de la mano de obra barata que ha convertido a China en el más formidable competidor en el mundo de la fabricación orientada a la exportación. Los empleadores de mano de obra migrante pagan ínfimos salarios que no cubren el costo de la reproducción de la mano de obra.

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En China perdura un peculiar sistema de tenencia de la tierra rural, establecido en la década de 1980, que impide la venta de la tierra, lo cual ha impedido la expropiación en masa de los medios de subsistencia de los campesinos. Este sistema ha evitado hasta el momento la inestabilidad social que hubiera significado la alineación en masa de 600 millones de personas de sus tradicionales medios de subsistencia. El "sistema de responsabilidad familiar" anuló la función de la Comuna como organizadora de la producción agrícola, convirtiendo el hogar campesino en la unidad básica de producción.

La abolición del colectivismo rural maoísta comenzó con experimentos en la asignación de tierras a pequeños equipos de producción o equipos domésticos en Sichuan y Anhui en 1978 (el sistema de responsabilidad familiar). Eran tiempos de lucha entre la fracción pro-capitalista y la fracción maoísta y se trataba de ganarse a las masas campesinas. El sistema de comunas quedó extinto en 1983; un aumento del 50 por ciento de los precios del grano (que pagaba el Estado) y un gran aumento en los subsidios para fertilizantes propició un aumento de la producción agrícola del 9% anual lo cual aumentó los ingresos rurales en un 98.4% en el mismo lapso de tiempo: se trató de "la mayor tasa de reducción de la pobreza rural en la historia del mundo".


Pero para producir mano de obra barata dispuesta a emigrar hacía falta empobrecer de nuevo al campesinado. Esto se hizo en dos etapas. En primer lugar, un cambio fundamental en el sistema de impuestos descargó al gobierno central de la financiación de los gastos administrativos de las autoridades en los niveles inferiores. De ahora en adelante los gobiernos locales ajustarían sus gastos e inversiones dentro del límite de los impuestos y cargas que podrían aplicar a los residentes dentro de su jurisdicción.

En una segunda etapa los órganos administrativos locales convertidos ahora en monstruosos engendros de gestión semi-corporativos, comenzaron a explotar a los residentes bajo su jurisdicción con un número creciente de tasas y gravámenes para alimentar a su propia continua expansión. Las oficinas encargadas de semillas, fertilizantes, suministro de electricidad, riego y control de inundaciones, todas ellas elevaron el precio de sus servicios hasta un punto en que en muchos casos las explotaciones agrícolas quedaron arruinadas perdiéndose las ganancias de la época del "sistema de responsabilidad familiar”.


Actualmente la tierra se sigue considerando como un bien público y el estado impide la venta de tierras de cultivo lo cual ha prevenido, de momento, la expropiación en masa de los medios de subsistencia de los campesinos. El sistema de tenencia de la tierra establecida en la década de 1980 ha servido a los intereses más amplios del capital puesto que no sólo ha evitado la inestabilidad social asociado a enormes poblaciones sin tierra, sino que ha subvencionado a las empresas empleadoras de Nong Min Gong a los que se supone capacidad de reproducción en sus lugares de origen.



A pesar del rápido crecimiento de la economía china en las últimas décadas, más de 482 millones de personas - 36% de la población - viven con menos de 2 $ al día. En total el 85% de la población pobre de China vive las zonas rurales. En muchos pueblos, solamente las personas mayores y los niños permanecen porque las generaciones en edad de trabajar están en busca de empleo, proporcionando gran parte de la mano de obra barata que ha convertido a China en el más formidable competidor en el mundo de la fabricación orientada a la exportación.

Salarios de Nong Min Gong



Aunque hagan el mismo trabajo, el salario de los Nong Min Gong es mucho más bajo que el de los residentes urbanos.

Por otra parte, los salarios de los trabajadores con Hukou urbano aumentaron año tras año, mientras que los salarios reales de Nong Min Gong disminuyeron. Los Nong Min Gong trabajan muchas más horas que la de los trabajadores con Hukou urbano. En 2006, el 48,2% de los trabajadores con Hukou urbano trabajaban 40 horas por semana, mientras que el 47,4% de Nong Min Gong trabajaban más de 48 horas por semana. Además, los sueldos de los Nong Min Gong siempre sufren deducciones y con cualquier excusa se retrasa el pago sin justificación. Los empleadores siempre hacen un trato desigual entre los trabajadores con Hukou urbano y los Nong Min Gong. La cifra total de pago de salarios retardada a Nong Min Gong en 2002 alcanzó casi 30 millones de yuanes.


Todas las estadísticas oficiales sobre salarios de los Nong Min Gong están trucadas e infladas dado que entre el 70 y el 80% de ellos trabajan en el sector informal donde la inseguridad salarial es absoluta.

Además, los Nong Min Gong carecen en absoluto de los "ingresos invisibles" que benefician a los que poseen Hukou urbano, incluyendo subsidio de vivienda, subsidio a la educación, el seguro de salud, seguro de accidentes, seguro de desempleo, etc.

Los datos oficiales de 2004 revelaban que 145 millones de trabajadores no tenían ningún tipo de contrato formal (la cifra debía ser mucho más alta). El mercado laboral de China es notorio por las malas condiciones de trabajo, impago de salarios, ínfimos salarios, trabajo forzado y otras formas de abuso. Todo esto queda reflejado en el aumento sin precedentes del coeficiente de Gini (que mide la desigualdad desde “0” – igualdad - a “100” - todo es de una sola persona -) de 0,16 en 1978 a 47,3 en 2006 y a 61 en 2010. La parte de los salarios en el PIB de China ha ido disminuyendo constantemente, cayendo al 36,7% en 2005.

Las corporaciones transnacionales y los Nong Min Gong


 Para las grandes corporaciones transnacionales uno de los principales atractivos para instalarse en territorio chino es la existencia del Hukou. Las empresas multinacionales aprovechan el clima antisindical, la falta de connocimiento de los trabajadores de sus derechos y la poca voluntad del gobierno chino para hacer frente al abuso sistemático de los Nong Min Gong.


Los CEOs y especialistas y managers en recursos humanos (HRM) de las grandes corporaciones transnacionales pronto advirtieron las enormes posibilidades del sistema del Hukou para sus planes globalizadores. El Hukou se convertiría en el pivote de la globalización monopolista convirtiéndose en un filtro obligado y permanente de la proletarización diabólica de cientos de millones campesinos. Los trabajadores rurales migrantes, los Nong Min Gong no sólo son la columna vertebral del sector manufacturero chino, sino que también constituyen la base fundamental de la cadena de suministro global y por tanto, los ritmos de la economía global y la mano de obra migrante interna de China están estrechamente relacionados.

Aunque la desaceleración del crecimiento en China está relacionada con la caída de la demanda agregada mundial causada por la Depresión Monopolista, la pérdida de competitividad china está estrechamente relacionada con el agotamiento de su suministro de Nong Min Gong. A menos Nong Min Gong menos crecimiento.


En la Escuela de Management de la Royal Holloway University of London editan Working Papers con títulos tan sugerentes como: “Prolonged Selection or Extended Flexibility? A case study of Japanese Subsidiaries in China 2012 (Selección prolongada o flexibilidad extendida. Un estudio de filiales de empresas japonesas en China). El autor del trabajo es el Dr. Yu Zheng, Lecturer in Asian Business and International Human Resource Management de dicha universidad.

El objetivo de la investigación (case study) es explorar las instituciones del mercado laboral chino para mejorar las prácticas de empleo de las multinacionales, en concreto de dos filiales japonesas del sector de la electrónica de consumo. El documento señala que el sistema Hukou tiene implicaciones importantes para la segmentación de los grupos de trabajadores en los mercados de trabajo locales.

Según el análisis del caso, se contrata a técnicos y personal especializado de forma normal (sistema interno de empleo de la firma), el resto de los empleados son reclutados mediante contratos a muy corto plazo a través de agencias de colocación (este grupo queda marginalizado y excluido del sistema interno de empleo de la firma).

El grupo de trabajadores de planta está constituido fundamentalmente por Nong Min Gong, con contrato de 3 meses renovables y sin garantías de permanencia en la empresa. Durante la temporada alta, más del 80% de los trabajadores de planta eran Nong Min Gong que fueron reclutados a través de un amplio número de agencias de colocación locales. Realizan tareas simplificadas: soldadura, montaje, pintura y embalaje. A estos trabajadores se les imparte una formación mínima y el salario se basa en gran parte en su producción diaria (a destajo). Finalizado el período de tres meses de empleo estos Nong Min Gong vuelven a las agencias de colocación de trabajo temporal, con lo que la filial de la multinacional japonesa evita pagar el seguro social de estos trabajadores y otras cargas laborales.


El abastecimiento de Nong Min Gong y el control de la rotación de sus contratos constituyen un reto clave para las empresas con inversión extranjera en China. Las agencias locales de empleo temporal juegan un papel clave para el reclutamiento de mano de obra abundante, flexible y con bajos salarios. Las agencias locales de colocación temporal tienen conexión con las agencias de trabajo regional y recogen información de los migrantes rurales. Las agencias de colocación también facilitan formación y entrenamiento especializado para disciplinar a los Nong Min Gong. Dichas agencias también cubren el seguro básico y se encargan del manejo de las quejas de los trabajadores, todo lo cual permite a las filiales de las transnacionales japonesas externalizar estas costosas funciones laborales.

A medida que aumenta la demanda de trabajadores, la filial japonesa, siguiendo las recomendaciones de managers locales, firma contratos a largo plazo con diversas agencias de colocación con el objeto de ampliar el abanico de origen de los trabajadores migrantes y evitar la formación de alianzas en función de su ciudad natal. En el contexto chino, las alianzas de oriundos son comunes y son una fuente clave de solidaridad e integración de los trabajadores, lo cual hay que evitar a toda costa.

Dentro de la fábrica prevalece la red personal arraigada en la sociedad tradicional y ello es explotado por los fabricantes como una estrategia de control, aprovechando la interacción entre género, localidad de origen y gansterismo.

Número de Nong Min Gong


Su número no ha parado de aumentar al ritmo de la industrialización china pero parece que finalmente la gallina de los huevos de oro está dejando de poner.

Eran unos 30 millones en 1989. En 2007 se estimaba que eran 136 millones, en 2008 había unos 225 millones de Nong Min Gong, de los cuales más del 80% trabajaban en el sector informal. En 2013 el número había aumentado a más de 270 millones.

De acuerdo con la encuesta anual realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas, en 2014 había 274 millones de Nong Min Gong, lo que representa alrededor del 36% del total de trabajadores de China (770 millones).

http://www.clb.org.hk/content/migrant-workers-and-their-children


A pesar de que el número total de Nong Min Gong ha aumentado de forma constante durante las últimas décadas, la tasa de crecimiento ha disminuido notablemente en los últimos cinco años (5.5% en 2010 a apenas 1,9 % 2014). Esta desaceleración se debe a la contracción de la población en edad de trabajar de china. Las restrictivas políticas de planificación familiar introducidas en la década de 1980, las dificultades para la procreación a causa de la discriminación y la creciente pobreza rural, provocan que cada vez hay menos personas que están entrando en la fuerza de trabajo y, por lo tanto, parece probable que la población de Nong Min Gong de China ya ha alcanzado su zénit.

El balance de género de los Nong Min Gongen en 2014 era de dos terceras partes de barones por un tercio de mujeres. La tendencia es hacia una población de más edad. La proporción de trabajadores de entre 16 y 30 años de edad se redujo del 42% en 2010 al 34% en 2014, mientras que la proporción de trabajadores de más de 40 años de edad ha pasado de un 34% en 2010 al 43% el 2014.

Esta tendencia a la desaceleración podría contrarrestarse si se acaban llevando a la práctica los planes que pretenden transformar el campo chino en pasto de las grandes corporaciones agro-industriales, expulsando de las zonas rurales a más de cien millones de familias campesinas (según el modelo latinoamericano).



Los hijos de los Nong Min Gong


En la mayoría de las ciudades, los niños hijos de Nong Min Gong no pueden ir a la escuela si no tienen un Hukou local.


Los hijos de los Nong Min Gong no están autorizados a inscribirse en las escuelas de la ciudad, por lo que deben separarse de sus padres y vivir con sus abuelos u otros familiares, con el fin de poder asistir a la escuela en sus lugares de origen. Se les denomina comúnmente niños que se quedan en casa. Hay alrededor de 130 millones de niños viviendo en las aldeas sin sus padres. Estas escuelas rurales adolecen de una exasperante falta de fondos y consecuentemente de calidad educativa. Las universidades chinas presentan un sesgo creciente en contra de la admisión de estudiantes provenientes de estas escuelas rurales. En respuesta a los problemas sociales resultantes, 13 periódicos de varias regiones de China emitieron una convocatoria de campaña conjunta para la abolición del sistema del Hukou el 2 y el 3 de marzo de 2010, pero fue silenciada en cuestión de días.



Las escuelas públicas no admiten a hijos de Nong Min Gong aunque pueden hacerlo cobrando altas tarifas (Jiedu). Algunos Nong Min Gong han construido escuelas “privadas” para sus hijos, escuelas de bajo costo conocidas como "escuelas de los niños migrantes". Investigadores y periodistas han identificado una gran cantidad de problemas respecto a la calidad y la seguridad de dichas escuelas.

Ausencia de slums o bidonvilles


Una emigración en masa de cientos de millones de campesinos hacia las ciudades y los ínfimos salarios que cobran debiera haber provocado la aparición en la grandes ciudades de barriadas de chabolismo a gran escala como en la India y en general todo el Sudeste Asiático. El gobierno chino ha hecho lo indecible para borrar esta mala imagen de su milagro económico. Sin embargo, el instrumento clave que ha impedido la formación de distritos de chabolismo ha sido el sistema del Hukou por el cual se niega sistemáticamente la ciudadanía a los emigrantes rurales de forma que solo pueden permanecer en las ciudades de forma provisional. Esta eterna provisionalidad les obliga a residir en las mismas obras o fábricas donde trabajan, o alquilar domicilios provisionales en régimen de patera.


Los Nong Min Dong no tienen la libertad para establecerse de forma permanente en los barrios pobres. Se les permite permanecer en hogares temporales proporcionados por sus patrones (cobrándoles un alquiler o deduciéndoselo de su salario) o por propietarios locales en desvencijadas barriadas dormitorio (chengzhongcun), siempre y cuando tengan empleo y se registren ante las autoridades locales como empleados en tránsito (el espacio vital medio de un Nong Min Dong en Shanghai es de 6m2). Deben regresar a su cantón de origen después de un período prolongado de paro o jubilación - por lo general después de los 35 años -. Las autoridades locales se deshacen así de los Nong Min Dong cuando dejan de ser rentables.


Links


http://chuangcn.org/blog/

http://elsalariado.info/2015/02/17/la-situacion-de-la-clase-obrera-en-china-el-sistema-Hukou/

http://www.gongchao.org/en/frontpage

http://economicstudents.com/2014/03/a-brief-history-of-chinas-Hukou-system/

Corrupción interactiva
http://www.chinafile.com/multimedia/infographics/visualizing-chinas-anti-corruption-campaign

http://www.chinafile.com/multimedia/infographics/nongmin-breakdown

http://www2.gsid.nagoya-u.ac.jp/blog/anda/files/2010/06/27_zhao-ling.pdf

https://repository.royalholloway.ac.uk/file/835844b8-dd0a-b735-347c-e206d4e09aef/1/Zheng,%20Y%20working%20paper%201204%20May%202012%20formatted%20version.pdf

  http://www.clb.org.hk/content/migrant-workers-and-their-children

29/1/16

El monopolio del caucho en el Congo


Manos de chocolate en una pastelería belga

La fiebre del caucho vivió su auge entre 1879 y 1912 a causa de la creciente demanda para fabricar automóviles, además de bicicletas, botas de agua, cableado telegráfico y otras aplicaciones para una revolución industrial que entraba en su segunda fase de expansión. El caucho solo se podía obtener entonces en las selvas tropicales, básicamente en las cuencas del Congo (un enorme territorio apenas explorado)  y el Amazonas (la selva Lacandona era un tierra de nadie que abarca territorio venezolano, colombiano, ecuatoriano , brasileño y peruano). 

Toda la historia del Congo ha estado marcada por la salvaje explotación capitalista  de sus recursos naturales - del caucho a los "minerales de conflicto", del automóvil al smart-phone - por grandes corporaciones transnacionales. El término "minerales de conflicto" se refiere a la columbita-tantalita, también conocido como coltán (de que se deriva de tántalo); casiterita (estaño); oro; wolframio (tungsteno); o sus derivados.

En el Congo, grupos armados al servicio de las multinacionales "contratan" a los indígenas a punta de pistola y los obligan a extraer de estos minerales. Los aldeanos se convierten en proletarios mineros a la fuerza, las mujeres son raptadas, mantenidas en cautiverio, violadas y golpeadas para asegurar la rentabilidad de los mineros. Las condiciones de trabajo son terribles - los mineros trabajan en lugares muy peligrosos, utilizan herramientas improvisadas, y no llevan protección contra los elementos. En consecuencia, muchos mineros perecen debido a estas condiciones de trabajo. Hay más de 5,4 millones de muertes relacionadas con el negocio de "minerales de conflicto". Las principales importaciones del Congo son armas, municiones y balas. Los minerales se exportan fuera del Congo a Asia para ser procesados en la producción de teléfonos celulares y similares y exportados a los consumidores de todo el mundo. 

K. Marx (Teorías de la Plusvalía. parte III): “En general, el trabajo forzado muestra de la forma más brutal, pero con la mayor claridad, las características esenciales del trabajo asalariado”

Malthus: (refiriéndose evidentemente  al proletariado):“La producción precisa del látigo del hambre y la amenaza de la inanición puesto que la raza humana es por naturaleza inerte, lenta, con aversión al trabajo, si no es compelida por la necesidad 

W.E. Hardenburg (1912): “Las atrocidades de la explotación del caucho en Perú, que han sorprendido a la opinión pública y despertado el horror y la indignación generalizada -atrocidades peores que las del Congo -, no pueden considerarse simplemente como un fenómeno aislado. Estos incidentes son la manifestación extrema de una condición que se expresa de diferentes formas en todo el mundo, el comercialismo y el industrialismo, cuyos exponentes al enriquecerse, niegan una proporción justa de los frutos de la tierra y de su esfuerzo a los obreros que producen la riqueza. El mecanismo opera en casi cualquier país, en casi todas las industrias; y aunque sus métodos en otros lugares no alcanzan el salvajismo y la barbarie aplicados al Congo o la Amazonia, no por ello dejan de generar indecibles sufrimientos a la humanidad.”


El capital que consiguió el virtual monopolio del caucho y el marfil del Congo era capital belga y nada tenía que ver con el capital inglés, francés, alemán y peruano que fue invertido en la explotación del caucho de la Amazonia. Sin embargo, en ambos casos, separados por miles de kilómetros, las formas de organización empresarial, el monopolio, los sistemas de incentivos y los resultados, fueron idénticos, calcados. En lo más profundo de las selvas tropicales, sin reporteros ni cámaras, el capitalismo pudo desenvolverse sin los avituales disfraces del supuesto "mercado laboral."

El supuesto mercado laboral


El sistema capitalista, para disimular la explotación a que somete a la mayoría de la humanidad, la disfraza como un acto mercantil, un contrato de compra-venta, en el que la fuerza de trabajo aparece como una mercancía de un supuesto “mercado laboral” donde es libremente “negociada” entre las partes contratantes.

En realidad no existe tal mercado ni se da tal negociación. El mercado  laboral es una ficción. Es un fetiche para confundir a los explotados. No hay nada que negociar. El obrero no puede quedar sin trabajar puesto que carece de medios de producción para hacerlo. Por tanto “aceptará” el salario que quiera pagarle el capitalista. Y lo aceptará porque está sometido al terror capitalista, la amenaza demoledora del paro.

 Solo podría hablarse de "mercado" laboral entre el capital y la población si los demandantes dispusieran de medios alternativos para su subsistencia. Es el caso del campesino con tierras suficientes o del trabajador autónomo. Como ambos disponen de medios de producción propios, es decir, de medios alternativos de subsistencia, existiría un verdadera negociación con el capital que quisiera contratarlos.

Pero al capital no le interesa tal negociación. Desde sus inicios el capitalismo fabrica su propia clase obrera, su propio proletariado, su propio desempleo, apropiándose de todos los medios de producción o destruyendo los que no pueda apropiarse. El objetivo no es otro que la explotación sin negociación posible. El supuesto "mercado laboral" no es otra cosa que la competencia perpetua entre la mayoría de la población acuciada por el terror del paro.

Aunque la mayoría de las teorías sobre el sistema capitalista intentan separarlo de la esclavitud o el trabajo forzado como algo anacrónico e ineficiente frente al invento del "mercado laboral", en realidad el trabajo forzado y el esclavismo son factores crónicos del sistema desde sus más tiernos orígenes y cuando no le queda otro remedio que acudir al fetiche del mercado laboral, el capital procura por todos los medios convertirlo en lo más cercano al trabajo forzado esclavo para maximizar sus beneficios.

 Proletarios del Congo

El capital algodonero esclavista norteamericano (con derecho a torturar y mutilar, derecho a matar, a violar y apropiarse de la descendencia de la mujer esclava), suministró la mayor parte de la materia prima clave de la revolución industrial (en Liverpool se negociaba alegremente con contratos de futuros del algodón esclavista, derivados financieros esclavistas)

Las emprendedoras y eficientes compañías caucheras dedicaron la mayor parte de su capital a la fabricación de un nuevo proletariado del caucho, destruyendo sistemáticamente los medios de producción de las naciones tropicales congoleñas y amazónicas. Al operar en un territorio poco explorado, lejos de las cámaras y los reporteros, no necesitaban disimular mediante contratos ni mercados la explotación inhumana a la que iban a someter al nuevo proletariado.

Los nuevos proletarios del caucho


H. M. Stanley: “Mientras viajamos a través y de las tierras del Congo, haciendo caminos, levantando estaciones, negociando privilegios, inspeccionando la vasta zona, enseñando y preparando a los nativos para el cercano advenimiento de un futuro brillante y feliz por ellos, ganarnoslos por nuestra gentileza, apaciguando sus pasiones, inculcándoles principios comerciales, mostrándoles la naturaleza de los productos comercializables cuando el hombre blanco viniera.”

E.V. Sjöblom: “Entonces sus campos de arroz son destruidos, y se arrebatan sus reservas de suministros. Sus plátanos se cortan mientras aún son jóvenes y sin fruta, y con frecuencia sus chozas se queman, y, por supuesto, se toma todo lo que hay de valor”.

Cónsul ThesigerEn todas partes era la misma historia: los supervisores les prohibían despejar nuevos terrenos para el cultivo o cazar o pescar. Si trataban de hacerlo sus redes e implementos eran destruidos. En algunas aldeas los indígenas intentaban cultivar en secreto pequeños huertos en el bosque, cuando se suponía que debían estar fuera cortando árboles del caucho, pero a menudo pagaban tal desaguisado con la propia vida.”

Adam Hochschild: “Obviamente, con este sistema nadie podía producir cosechas o tener hijos sanos, con el resultado de la muerte estimada de probablemente el 50% de la población, aproximadamente 10 millones de personas”.

Cuando Henry Morton Stanley llegó por primera vez a la cuenca del Congo comprobó que las zonas ribereñas estaban densamente pobladas.

H. M. Stanley, tras sus largas expediciones conocía bastante bien el sistema económico predominante en el Congo. Se trataba de sociedades relativamente avanzadas. La mayoría de la población practicaba la agricultura y la ganadería como base de su subsistencia. Cazaban, pescaban y recolectaban en un entorno extraordinariamente bien dotado. Fundían y trabajaban el bronce y el hierro. Como es habitual, la tierra era un comunal de la tribu. Para ellos no era comprensible el concepto de propiedad privada de la tierra y evidentemente el jefe de la tribu no podía comerciar con dicha propiedad.

Aldea del Congo antes de la llegada de las compañías

Había también comerciantes indígenas que negociaban a lo largo y ancho del enorme territorio y había también ciudades de comerciantes. Refiriéndose a ellos Stanley apuntaba:

"Estos comerciantes estaban familiarizados con muchas tierras y tribus en el Alto Congo. Desde Stanley Pool hasta Upoto, a una distancia de 600 millas, conocían a la perfección cada lugar de desembarco en las orillas de los ríos. Conocían muy bien su entorno, dominaban el arte del trueque. Todas las artes del tacto diplomático les eran tan familiares como lo es el alfabeto romano para nosotros. No es de extrañar que todo este conocimiento comercial hubiera dejado su imprenta en sus rostros; de hecho, ocurre lo mismo en nuestras grandes ciudades en Europa. ¿No distingue usted en ellas por sus facciones al militar entre un poeta, un banquero, un artista o un poeta? Pues lo mismo ocurre en África, sobre todo en el Congo, con las personas que se dedican al comercio ".

"Durante los pocos días durante los que mantuvimos relaciones con ellos, nos dieron una alta idea de sus cualidades - la industria, después de su propio estilo, no siendo el menos visible."

Se trataba evidentemente de una actividad comercial marginal y complementaria de una sociedad fundamentalmente agrícola.

Para las compañías caucheras había unos enormes incentivos por parte del mercado mundial. Un enorme negocio languidecía en las cálidas forestas tropicales a la espera del capital que supiera transformarlo en valor.

Pero para la puesta en valor del caucho, los capitalistas necesitaban personal laboral especializado que conociera el medio, que supiera localizar los árboles del caucho, y fundamentalmente que fuera capaz de mantenerse vivo en el interior de la selva.

Así pues, la obtención de una abundante mano de obra proletarizada fue condición imprescindible para la expansión de la empresa cauchera, tanto en la producción y manipulación del látex, como en el transporte del caucho desde los centros de recogida al puerto de embarque y posteriormente a la ciudad.

Las compañías precisaban los servicios de los indígenas pero ningún producto europeo interesaba a los nativos lo suficiente para instarles a recolectar caucho en las selvas adyacentes a sus poblados y menos aun en territorios más alejados.

El primer paso para la proletarización forzosa era acabar con los modos de producción propios de las sociedades indígenas, destruyendo los medios de producción de las naciones centroafricanas y amazónicas y (como en la Inglaterra del siglo XVIII) arrebatarles las tierras comunales.

En el caso del Congo, la "nueva civilización" conminó a los nativos a abandonar la agricultura para devolverlos a la condición de cazadores-recolectores. En la Amazonia ocurrió lo mismo con las tribus que practicaban la agricultura. El capitalismo más avanzado devolvía a la humanidad a la condición del cazador-recolector paleolítico.

Una de las primeras medidas de Leopoldo II de Bélgica como monarca del nuevo Estado Libre del Congo fue un decreto de 1887 que declaraba propiedad del estado toda la "tierra vacante" es decir, las tierras “no explotadas” libres de cultivos o asentamientos. Según esta ley quedaban para los nativos los pequeños asentamientos de sus aldeas y los pequeños y escasos campos de grano o de mandioca que las rodeaban. En todas partes más allá de estos parches minúsculos se extendían las llanuras y bosques que habían sido hasta la llegada del capital las ancestrales tierras comunales de los indígenas.

A pesar de todo, los nativos de ambos continentes no parecían demasiado dispuestos a convertirse en clase obrera del capitalismo. Hubo que obligarlos a trabajar para el capital. El capitalismo dejó a un lado los disfraces y los fetiches. El capitalismo desnudo impuso el terror más inhumano y salvaje para someter a los indígenas y convertirlos en clase obrera a su medida, en los proletarios del caucho.

El negocio del caucho tenía fiebre pero también tenía mucha prisa. Tras la siembra de semillas del árbol del caucho en el Sudeste asiático, los días del monopolio, tanto para la Amazonia como para el Congo, estaban contados.

Así pues, tanto el capital fijo, como el capital humano iban a ser de un solo uso. Las compañías forzaban a los nativos a sobre-explotar los árboles del caucho de forma que éstos morían a causa de la pérdida excesiva de fluidos. Algunas de las compañías (como el cártel Kasai Company) recurrieron a cortar y despedazar los árboles para sacarles todo el látex posible.

El capital cauchero fabricó un proletariado a la medida de su negocio. La proletarización de los indígenas fue radical. Se destruyeron las plantaciones y se quemaron las cosechas, los almacenes, los talleres de herramientas y utensilios, se mató el ganado y se destruyeron las barcas de pesca. El proletariado del caucho iba a ser un proletariado de usar y tirar. Se calcula que la cifra de población indígena a la llegada del capitalismo a la zona del Congo oscilaría entre los 20 y los 30 millones de habitantes. Según el censo realizado en 1911, veinte años después, la población del Congo se había reducido a tan sólo 8.500.000 personas.

Terror, productividad y eficiencia


El supuesto libre mercado se convirtió en mercado forzado.

Cónsul Thesiger 1908: “La mercancía se distribuía, entregando un sombrero a un indígena, una azada metálica a otro, y así sucesivamente. Cada receptor era entonces, al final de un mes, responsable de recolectar un cierto número de quilos de caucho. Los obreros no podían elegir los objetos ni negarse a adquirirlos, no se permitía ninguna negativa. Si alguien hacía alguna objeción, los objetos se lanzaban frente a su puerta, y tanto si lo tomaba o lo dejaba, el obrero debía recolectar los quilos de caucho estipulados por la otra parte contratante.”

Mark Twain : "Las cestas de manos cortadas, a los pies de los comisarios europeos, se convirtieron en el símbolo del Estado Libre del Congo. ... La recolección de manos se convirtió en un fin en sí mismo. Soldados de la Force Publique las traían a las estaciones de recogida en lugar de caucho; incluso salían a cosecharlas en lugar de goma ... Se convirtieron en una especie de moneda. Llegaron a ser utilizados para compensar el déficit en las cuotas de goma; los soldados cobraban sus bonificaciones sobre la base de la cantidad de manos que recogían”.

Tanto el territorio cauchero de la Amazonia (situado entre Brasil, Bolivia, Perú y Colombia) como el del Congo eran verdaderas “tierras de nadie”, es decir sin testigos ni cámaras.

Ante tales circunstancias los avispados CEOs de las compañías explotadoras recurrieron a incentivos poco convencionales y más convincentes para aumentar la productividad de la mano de obra:

1. La toma de rehenes familiares (mujer e hijos) como moneda de cambio de la fuerza de trabajo. Los rehenes sólo podían ser rescatados mediante la entrega de determinadas cantidades de caucho (las rehenes eran sistemáticamente violadas y maltratadas durante su reclusión).


Extracto de la contabilidad de ABIR. Relación de secuestrados.

 * contrainte par corps: Disposition qui consiste à appréhender un détenu dans afin qu'il s'acquitte de sa dette

2. Tanto en la Amazonia (endeude) como en el Congo se utilizaba el sistema del peonaje por deudas para esclavizar y explotar a los indígenas.

3. Se empleaban asiduamente castigos físicos contra la población nativa. El instrumento de uso más extendido era el chicotte, una especie de látigo que desgarraba las carnes del reo. Las primeras noticias de su uso se remontan a 1888. Este castigo se aplicaba también a niños y niñas para hacer trabajar a sus padres.

4. Las mujeres también fueron obligadas a proletarizarse. La violación era la pena habitual por el bajo rendimiento.


5. Se empleaba sistemáticamente la tortura. Si un proletario varón escapaba, su esposa e hijos eran torturados hasta que el escapado volvía o ellos mismos se revelaban su paradero.

6. Las balas constituían el principal incentivo para estimular la productividad y evitar las huelgas.

Como castigo por negarse a recolectar o no haber aportado las cantidades estipuladas por la compañía, eran frecuentes los asesinatos masivos. Como prueba de que estos asesinatos se habían llevado a cabo, los agentes de las compañías amputaban una mano a los cadáveres. En otras ocasiones se les cortaba la cabeza, o, para demostrar que los asesinados eran varones, los genitales. Las manos eran ahumadas (para su conservación en un clima tropical) y entregadas a los jefes de puesto europeos como prueba de que los matones habían hecho su trabajo.

En ocasiones, los supervisores no mataban a los nativos, sino que sólo les amputaban la mano derecha para engañar así a sus superiores, y empleaban las balas para cazar. Varias fotografías de la época documentan estas mutilaciones.

Las compañías capitalistas acabaron no importando otra cosa que armas y balas. Como denunciaría Edmund Dene Morel, los barcos que llegaban cargados de caucho a Amberes, volvían al Congo cargados de rifles, cadenas, munición y explosivos. El Congo empezaba a disfrutar de las ventajas del librecambio internacional.

Desnudo capitalismo salvaje


E.D. Morel (Comentando la Conferencia de Berlín de 1885): “…, era visible a través de las deliberaciones que tuvieron lugar en el transcurso de la elaboración de las cláusulas del acta de la conferencia, el deseo de proteger a los nativos de África de la injusticia y la expropiación; garantizarles la posesión pacífica de su tierra y sus propiedades; poner freno, en la medida de lo posible, a la guerra entre tribus y a las incursiones los esclavistas árabes; y para mantener y desarrollar el comercio. Se hizo especial hincapié en este último punto, se reconoce universalmente que el intercambio comercial es, por encima de todas las cosas, el medio más seguro para el progreso de las comunidades desde un estado de barbarie primitiva a un mayor conocimiento de las artes y oficios, y, en general, a una alta concepción de la vida.”

Leopoldo II (1897): “La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial. Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres, de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres. Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo. En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas de la que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser al mismo tiempo, firme y paternal.

El capitalismo de finales del s. XIX y principios del s. XX era un capitalismo maduro en fase de globalización. Sus sicofantes lo habían embellecido y elevado a lo más alto de la civilización. Los departamentos de relaciones públicas de las empresas organizaban convenciones geográficas y filantrópicas para ocultar y disfrazar el saqueo colonial. El capital avanzaba por doquier con una Biblia en una mano i La riqueza de las Naciones de Adam Smith en la otra. Se trataba de un verdadero “sistema” que se aplicaba por doquier.

El capital que consiguió el virtual monopolio del caucho y el marfil del Congo era capital belga y nada tenía que ver con el capital inglés, francés, alemán y peruano que fue invertido en la explotación del caucho de la Amazonia. Sin embargo, en ambos casos, separados por miles de kilómetros, las formas de organización empresarial, los sistemas de incentivos y los resultados, fueron idénticos, calcados. En lo más profundo de las selvas tropicales, sin reporteros ni cámaras, el capitalismo pudo desenvolverse sin los disfraces del fetichismo del supuesto mercado laboral.

El capital dejo en Europa y EEUU a su disfrazado Dr. Jekyll para desarrollar, sin escrúpulos ni cortapisas, su intrínseca y verdadera naturaleza, para operar a gusto, desnudo y salvaje, como Mr. Hyde.

Integración vertical de la empresa


Roger David Casement "Una de las mayores compañías concesionarias del Congo había dirigido una solicitud a sus directores en Europa para un suministro adicional de cartuchos. Los directores cumplimentaron esta demanda preguntando qué había sido de los 72.000 cartuchos enviados hacía unos tres años. La respuesta fue que éstos habían sido utilizados en la producción de caucho”…“Cada vez que el caporal sale a conseguir caucho se le entrega una determinada cantidad de cartuchos. Debe devolver todos los no utilizados; y por cada uno utilizado debe traernos una mano derecha

W.E. Hardenburg: “A medida que la goma se hace más y más difícil de encontrar, los indios, con el fin de ser capaces de entregar la cantidad completa del caucho que les exige la Compañía y así escapar a las seguras flagelaciones y torturas, con frecuencia adulteran el látex del caucho con la sabia de otros árboles, reduciendo de esta manera la calidad del caucho Putumayo
0. Apropiación de los medios de producción

En los documentos que firmó H.M. Stanley (recolectó no menos de 450 “tratados”) con los jefes de las tribus locales, estos traspasaban sus derechos sobre sus territorios a la Asociación Internacional del Congo "para el avance de la civilización y del comercio" a cambio de baratijas. Está claro que los jefes locales no tenían conciencia de los que estaban firmando. Pensaban seguramente que estaban concediendo permisos para el establecimiento de establecimientos comerciales. La idea de que en realidad estaban vendiendo sus tierras (según los apartados del documento en francés) no podía caber en su mente. Pero según estos tratados, más de 20 millones de personas fueron expropiadas y toda la riqueza de sus tierras atribuida a la compañía belga.

Eugene Robuchon (explorador que denunció los 
crímenes de la PARC) con nativos de la cuenca amazónica

Las modernas multinacionales de la segunda globalización, como Inditex o Appel, camuflan el terror que ejercen sobre la clase obrera que explotan desintegrando su estructura empresarial, externalizando la producción a base de subcontratación.

Los directivos de las empresas caucheras de la primera globalización no precisaban aún de tales artilugios. Establecieron un eficiente sistema de integración vertical para conseguir la máxima productividad posible de su mano de obra.

Un vasto territorio del planeta, de una extensión similar a la de toda Europa, iba a convertirse en un campo de concentración capitalista.

El organigrama de las compañías obedecía fielmente a esta integración vertical:

1. División administrativa: Tanto en la Amazonia como en el Congo el territorio de dividió en circunscripciones o distritos controlados por superintendentes blancos.

2. Establecimiento de Estaciones de acopio o centros de recogida

 Huitotos frente a un centro de recogida o barranca de la PARC

Cada distrito incluye un determinado número de centros de recogida que están a cargo de las aldeas nativas circundantes. Cada dos o tres meses, el caucho recogido era transportado a la ciudad (Iquitos en la Amazonia, Boma en el Congo) en barcazas.

3.  Contratación de Comisarios

En el Congo uno o dos comisarios blancos (belgas, franceses, ingleses, alemanes, etc) contratados por las compañías, ejercían como comisarios, dirigían y controlaban la producción desde dichos centros o contadurías. Cobraban un pequeño sueldo fijo pero recibían bonus suplementarios en proporción a la cifra de negocio.

En la Amazonia la Peruvian Amazon Rubber Company PARC a los comisarios al control de los centros de recogida o barrancas se les denominaba “jefes”. Los jefes no cobraban salario sino solo comisiones por la goma recogida. Cada jefe tenía bajo control entre 10 y 80 “racionales” procedentes de las islas Barbados.

4. Supervisores de la fuerza de trabajo

Los comisarios de los puestos de recogida controlaban a los supervisores.

Las tareas de los supervisores eran las habituales de cualquier empresa:

• Determinar los requisitos de la producción (como cantidad y calidad de la producción, coste, tiempo, requisitos de mano de obra),
• Determinar la programación, las secuencias y asignaciones para las actividades del trabajo de recolección y secado del caucho.
• Reunirse con otros supervisores para coordinar las operaciones y las actividades.
• Dar instrucciones a los trabajadores, p.ej., sobre las especificaciones del trabajo.
• Monitorizar y controlar los procedimientos productivos para detectar defectos o fallos.
• Monitorizar el rendimiento de los trabajadores, p.ej., mediante la monitorización de medidas, pesos y otros indicadores.
• Controlar la calidad y la cantidad de la producción.
• Evaluar los presupuestos de producción actuales y los rendimientos.

En el Congo a los supervisores se les denominaba “Capitas”. Se trataba de indígenas de tribus caníbales procedentes de zonas muy alejadas de las aldeas del caucho. En cada aldea se colocaba, día y noche, un “Capitas”. El eficiente Capitas vigilaba de cerca la labor de recolección de los aldeanos imponiendo medidas cautelares de terror por falta de diligencia. En caso de violencia contra el capitas se organizaba una expedición punitiva que normalmente significaba la destrucción de las aldeas implicadas.

En la Amazonia, la PARC contrataba en Barbados, como supervisores, a antillanos de nacionalidad británica denominados “racionales”. Estos “racionales” mandaban una tropa de secuaces subalternos llamados “boys” o “muchachos”, en general indígenas huérfanos, adiestrados para brutalizar a sus congéneres. Los “racionales” ejercían labores semejantes a las de los Capitas congoleños.

Racional de la PARC con un grupo de sus boys

5. Para mantener aterrorizados a los obreros del caucho era preciso que tuvieran siempre presente la existencia de un enorme ejército de reserva (otros nativos susceptibles de ser reclutados) y por tanto su absoluta prescindibilidad física.

6.  El terror debía practicarse con la máxima eficiencia y eficacia. No bastaba con asesinar sino que el terror debía ser algo escénico y espectacular. Se torturaba en público, se quemaban vivas las víctimas derramándoles lentamente (gota a gota) líquido inflamable sobre sus cabezas, se empalaban las cabezas cortadas, los genitales, etc., en las empalizadas de las aldeas, se crucificaba, a veces boca abajo, se empalaba a las esposas o hijas, etc.

Según Veritas en el periódico West African Mail, uno de los capitas de la Anglo-Belgian India Rubber and Exploration Company (ABIR), Mon. Foecie, practicaba un terror terriblemente escénico: Cuando asesinó al jefe Isekifasu de la región de Bolima, mató a su mujer y a sus hijos, los cortó en pedazos y se comió algunos de ellos delante de todos. Luego decoró la casa del jefe con los intestinos, el hígado y el corazón de algunas de las víctimas.

http://eltrabajonoshacelibres.blogspot.com.es/2012/08/leopoldo-ii-de-belgica-y-la-explotacion.html
Comisarios blancos de la ABIR junto a supervisores o Capitas

7. Se controlaba minuciosamente el coste del terror. Desde la contaduría se controlaba el número de cartuchos entregados a los supervisores y a las fuerzas del orden, exigiéndose una prenda como contrapartida al final de la jornada (manos cortada y ahumadas, testículos, orejas, etc.; las manos cortadas se ahumaban para su conservación durante el periodo de recolección - de 30 días a dos o tres meses - antes de la aportación al puesto de recogida). Un comisario del distrito, León Flévez, recibió en un solo día 1.308 manos cortadas. Se recomendaba poner a las víctimas en fila para asesinarlas con una sola bala.

Las compañías caucheras


a) Compañías en la cuenca del Congo

Junto a la AIC, propiedad de Leopoldo, las empresas que obtuvieron las principales concesiones fueron la Sociedad de Amberes de Comercio del Congo (Société Anversoise du Commerce au Congo) y la Compañía Anglo-Belga del Caucho y la Explotación (Anglo-Belgian India Rubber and Exploration Company (A.B.I.R.)). Leopoldo tenía una importante participación en las dos compañías, directamente o por medio de testaferros. El otro gran capitalista detrás de estas empresas era el banquero Alex de Browne de Tiège, poseedor de 1.100 de las 3.400 acciones de la Sociedad de Amberes, y de 1.000 de las 2.000 de la Compañía Anglo-Belga. Otras empresas operando en la zona eran la Compagnie du Kasai (un cartel de 14 empresas que conseguía dividendos del 700% anuales), la Lomami Company, la Compagnie des Grands Lacs, la Lulonga Company y la Compagnie du Katanga.

b) Las compañías más activas en la cuenca del Amazonas eran:

La Compañía de Colombia, la H. and U. Rubber and Coffee Status Lted., la Rubber Corporation y la Peruvian Amazon Rubber Company (PARC) que luego se convertiría en la Peruvian Amazon Company (PAC)

La más importante era la Peruvian Amazon Rubber Company Ltd (PARC) constituida el 1 de octubre de 1907 con un capital de 1.000.000 £ esterlinas, dividido en 300.000 acciones preferentes al 7 por ciento con un nominal de £ 1 cada una y 700.000 acciones ordinarias, también de nominal 1 £ cada una.

El total del capital británico invertido en bonos y acciones de empresas caucheras operando en la cuenca amazónica y cotizando en la Bolsa de Valores de Londres superaba los seis millones de Libras Esterlinas, consiguiendo beneficios del 5% de promedio. Algunas de estas empresas pagaban dividendos del 12%, 20% y 25%.

El orden público


E.D. Morel: “Los gastos relacionados con la intendencia de los soldados regulares e irregulares caníbales eran infinitesimales, los cuerpos de los enemigos muertos seguían siendo suficientes a todos los efectos, teniendo en cuenta que cada caníbal tenía al menos un cuerpo para comer, y, de hecho, más de lo que podía manejar cómodamente, porque los casos de muerte a través de exceso o indigestión no eran desconocidos.”

Las compañías del Congo tenían el derecho de ejercer funciones de policía en las zonas sobre las que tenían concesiones, pero, en caso de necesidad, podían recurrir a la ayuda de la Force Publique.

Desde principios de la década de 1880, ante la falta de población belga en disposición de trasladarse Leopoldo había contratado a mercenarios europeos para servir a sus intereses en el Congo. En 1888 quedaron organizados en un ejército mercenario denominado Force Publique que actuaba al mismo tiempo como ejército de ocupación y como fuerzas de orden público al servicio de las empresas comerciales. Todos los oficiales eran blancos.

Force Publique

La dificultad para crear asalariados se hizo sentir a la hora de reclutar personal para el nuevo ejército. Aunque se consiguió reclutar a elementos de tribus muy atrasadas que practicaban el canibalismo (literalmente se comían por la noche a las víctimas de la jornada laboral), se tuvo que recurrir al reclutamiento forzoso. Los soldados eran contratados a la fuerza y obligados a servir en el cuerpo por un mínimo de siete años. Los reclutas eran a menudo comprados a los jefes de sus tribus (si no aceptaban venderlos eran ellos mismos y su tribus los represaliados) o a traficantes de esclavos; en otras ocasiones eran simplemente secuestrados.


La Force Publique fue además un instrumento de exterminio étnico, utilizado por el capitalismo colonial para fomentar el enfrentamiento entre las diversas etnias y grupos sociales del Congo, generalmente contra el grupo mayoritario kongo, favoreciendo su debilitamiento y su control demográfico.

El espíritu empresarial y las Relaciones Públicas


Rey Leopoldo: “Nuestro único programa, estoy ansioso de repetir, es la obra de regeneración moral y material, y debemos hacer esto entre una población cuya degeneración en sus condiciones heredadas es difícil de medir. Los muchos horrores y atrocidades que deshonran a la humanidad van retrocediendo paso poco a poco gracias a nuestra intervención

Edgard Malet (representante de GB en la Conferencia de Berlin 1885): "No se puede olvidar que los nativos no están representados entre nosotros, y que las decisiones de la Conferencia serán, sin embargo, tienen una extrema importancia para ellos.

Leopoldo II, rey de Bélgica desde 1865, resultó ser un hombre muy emprendedor. Inicialmente fue atraído por el negocio del marfil. En 1876, presidió la Conferencia Geográfica de Bruselas que reunía a expertos, exploradores y científicos de las principales naciones europeas. En ella Leopoldo planteó la necesidad de civilizar África Central. Como principal resultado de dicha conferencia se decidió crear una asociación internacional, la Asociación Internacional Africana (Association Internationale Africaine, AIA, (creada en 1876) de carácter filantrópico para coordinar la magna tarea.

En noviembre de 1878, en Bruselas, se fundó el Comité de Estudios del Alto-Congo (CEHC), una "société en participation" con un capital social de un millón de francos, cuyos principales suscriptores eran el propio Leopoldo, con más de la cuarta parte del capital (260.000 francos), y la AHV (la compañía neerlandesa Afrikaansche Handels-Vereeniging) con 130.000 francos. Aunque la finalidad del Comité, según se definía en sus estatutos, era principalmente filantrópica y científica, se hablaba ya abiertamente de fomentar el comercio y la industria en la zona. La AHV hizo suspensión de pagos; Leopoldo vio en este suceso la oportunidad de tomar por completo las riendas de la empresa. Convirtiéndose, de facto, en el único propietario de la sociedad que cambiaría de nombre denominándose ahora Asociación Internacional del Congo (AIC).

Leopoldo trabajó intensamente para lograr el reconocimiento internacional de sus derechos sobre el nuevo territorio. Jugó la baza de su fama como rey filántropo, y permitió que se produjese un útil equívoco entre la antigua y altruista Asociación Internacional Africana, y la actual Asociación Internacional del Congo.

Estados Unidos fue el primer país que reconoció los derechos del rey Leopoldo II sobre el Congo el 22 de abril de 1884.

Leopoldo anunció que su “Estado Libre del Congo” gozaría de completa libertad de comercio, sería todo él un puerto franco, sin impuestos sobre importaciones o exportaciones, ganándose así el favor de la prensa europea.

Se necesitaba, sin embargo, que todas las potencias europeas llegasen a un acuerdo acerca de la cuestión del Congo. Con este fin, convocó en 1884 la Conferencia de Berlín, a la que fueron invitadas tanto las principales potencias de la época.

Leopoldo obtuvo el reconocimiento de su soberanía sobre el Estado Libre, cuyas fronteras había trazado, con ayuda de Stanley, en agosto del año anterior. La zona costera cercana a la desembocadura del Congo quedó repartida entre Francia, la AIC y Portugal. Leopoldo obtuvo el puerto de Matadi, su punto de partida para la exploración y colonización del interior.


Indígenas del Congo que se resistían
 a ser civilizados por Leopoldo

El 1 de agosto de 1885 nació oficialmente el Estado Libre del Congo. Leopoldo asumió el título de "rey soberano" del nuevo estado con la aprobación del Parlamento belga.

El Estado Libre tenía también su bandera: la misma que habían llevado la Asociación Internacional Africana y la Asociación Internacional del Congo. Una estrella dorada sobre fondo azul. Irónicamente, esta estrella simbolizaba los beneficios que la civilización habría de llevar al África Central.

Bismarck, pronunció su bendición bautismal. "El Estado Libre del Congo está llamado a convertirse en uno de los principales promotores de la obra civilizadora que tenemos en mente, y ruego por su próspero desarrollo y para el cumplimiento de las nobles aspiraciones de su ilustre fundador”.

Las fortunas del caucho


Edmund Wade Davis: ”Los magnates del caucho prendían sus habanos con billetes de cien dólares y aplacaban la sed de sus caballos con champaña helado en cubetas de plata. Sus esposas, que desdeñaban las aguas fangosas del Amazonas, enviaban la rupa sucia a Portugal para que la lavaran allá. Los banquetes se servían en mesas de mármol de Carrara, y los huéspedes se sentaban en asientos de cedro importados desde Inglaterra (...) Después de cenas que costaban a veces hasta cien mil dólares, los hombres se retiraban a elegantes burdeles. Las prostitutas acudían en tropel desde Moscú y Tánger, El Cairo, Paris, Budapest, Bagdad y Nueva York. Existían tarifas fijas. Cuatrocientos dólares por vírgenes polacas de trece años...


En Tervuren, en las afueras de Bruselas, se encuentra el Museo Real de África Central, que posee una de las colecciones de arte y objetos africanos más importantes del mundo. Leopoldo encargó numerosas construcciones sufragadas por el fruto de sus negocios africanos. Entre ellas se encuentra el llamado Arco del Cincuentenario (un parlamentario de la oposición lo bautizó como el Arco de las Manos Cortadas), así como la avenida de Tervuren, construida con motivo de la Exposición Universal de Bruselas, en 1897, para que los belgas pudieran visitar, entre otras cosas, el zoo humano que se instaló en Tervuren.

Gran parte de los documentos relativos a la administración del Estado Libre fueron arrojados al fuego por orden de Leopoldo en 1908, poco antes de la cesión del territorio a Bélgica. Los que sobrevivieron estuvieron clasificados como secretos hasta la década de 1980 pero su consulta está llena de extrañas dificultades administrativas de todo tipo.

Manaus vivió su apogeo entre 1890 y 1920, con tranvía eléctrico, cuando Nueva York o Boston sólo ofrecía tranvías tirados por caballos. Las avenidas fueron construidas sobre pantanos desecados, se irguieron edificios imponentes y lujosos como el Teatro de la Amazonas, el cual fue inaugurado el 6 de enero de 1897 con una presentación de La Gioconda de Amilcare Ponchielli, interpretada por la Gran Compañía de Ópera Italiana.

Post scriptum

Remitida la fiebre del caucho no tardaron en llegar otras fiebres capitalistas a las selvas del Congo y la Amazonia. En la Amazonia, el caucho fue reemplazado por la madera y el petróleo. En el Congo el cobre, los diamantes, el coltán, etc., seguirían atrayendo al capital salvajemente sediento de beneficios en una sucesión inenarrable de atrocidades genocidas.

 Links:

PARC

 Pdf caucho en amazonas

Película: Leopoldo el genocida

EN EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS... DEL PUTUMAYO, 1890-1932.

La Kasai Company a sus accionistas